Lapostolle Cuvée Alexandre Apalta Vineyard Merlot 2012

Saint-Emilión es una pequeña villa emplazada junto al margen oriental del río Dordoña, cincuenta kilómetros al este de Burdeos. Sus muros, callejuelas y torres de claro corte medieval, que le han dado la condición de Patrimonio de la Humanidad, se alzan sobre un suave lomaje rodeado de antiguos viñedos descendientes de las parras que los romanos plantaron en el lugar en el siglo II.

Saint-Emilión de igual forma el nombre del vino que se produce en la zona, una de las principales AOCs de la región de Burdeos. Mostos gruesos y maduros de larga crianza en barrica de roble en base a un coupage donde el Merlot juega un rol predominante con algún aporte de Cabernet Franc o Cabernet Sauvignon.

Saint-Emilión fue también el lugar de origen de buena parte de los enólogos franceses que contribuyeron a la creación de la industria vitivinícola nacional a mediados del siglo XIX y de los viñateros galos que a principio del siglo XX se establecieron en el valle de Colchagua.

De esta forma el estilo Saint-Emilión se convirtió en el referente conceptual al cual la gran mayoría de las bodegas nacionales quisieron acercarse, sobre todo en materia de manejo del Merlot, y hasta el día de hoy para muchos la calidad de un vino de la variedad se mide en que tan cercano resulta en relación a la famosa AOC bordelesa.

Buscar que nuestro Merlot se asemeje a uno de los grandes vinos franceses no tiene nada de malo, sin embargo si queremos parecer un bordelés debemos comportarnos como tal.

Al visitar cualquier tienda de vinos en Francia nos podremos dar cuenta que la gran mayoría de los Saint-Emilión, Medoc, Pomerol o Pauillac puestos a la venta fueron cosechados cuando menos hace una década, tiempo considerado como el mínimo necesario para que la madera aportada por su larga crianza se integre adecuadamente, su acidez se estabilice, sus taninos se pulan y el conjunto alcance un óptimo equilibrio y complejidad.

Este ha sido el gran pecado de la producción nacional al lanzar al mercado vinos que aún no alcanzan su punto óptimo obligando al consumidor a, en la mayoría de los casos, beber un vino «a medio terminar».

Si desea degustar vinos en su mejor momento comience por descartar de plano buscar alguna añada antigua en supermercados y tiendas pues la exposición a la luz y temperatura ambiental de seguro han afectado su calidad. Por lo que mi consejo es, además de armar una cava de guarda si es que cuenta con la paciencia y especio físico para ello, visitar directamente los wine shop de los viñedos y consultar si tienen a la venta algún tesoro perdido en sus bodegas. Créame que se llevará más de alguna grata sorpresa como este Cuvée Alexandre Apalta Vineyard Merlot añada 2012 que a nueve años de su cosecha aún se encontraba disponible en la tienda de Lapostolle.

Este hermoso vino se basa en un coupage 85% Merlot y 15% Carmenere con una crianza de nueve meses en barricas de roble francés de 225 litros, 59% de ellas de primer, 21% de segundo y 20% de tercer uso.

A la vista nos presenta un tono rubí medio y desliza en copa abundantes y gruesas lágrimas de glicol.

En su nariz expresa arándano, cerezas en almíbar, cuero curtido, licor de sándalo y chocolate. Mientras en su boca nos entrega licor de guindas en cuerpo terroso y estructurado, acidez medio alta, tanino con un dulce dejo a caramelo, final con suaves notas de hierbas y chocolate bitter.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s