Hasta su añada 2013 Finis Terrae se nos presentaba como uno de los más clásicos ensamblajes bordaleses de precio medio con origen en el Maipo Andes; Cabernet Sauvignon y Merlot en partes iguales nos entregaba un perfil muy similar a los Saint-Emilión franceses que inspiraron laa vitinicultora chilena a fines del siglo XIX.
En su cosecha 2014, la última liberada al mercado, aunque el blend modificó su mezcla agregando «tan solo» un 11% de Syrah, la presencia de la cepa oriunda del Ródano dio al vino un giro radical que ha sumado partidarios y detractores.
A juicio de un servidor Finis Terrae perdió su elegancia y sobriedad característica pero ganó una notoria intensidad. En términos simples dejó de ser el mosto perfecto para acompañar una delicada tabla de quesos maduros de texturas diversas pero se ha graduado como un «parrillero» de tono y lomo capaz de equilibrar sin problemas jugosos cortes de carne e incluso un cordero asado, que a fin de cuentas es uno de los mayores usos dados a los tintos en el mercado nacional.

45% Cabernet Sauvignon, 44% Merlot y 11% Syrah. Sus uvas se maceraron por una semana antes de la inoculación de levaduras para luego ser fermentadas y posteriormente trasegadas a barricas nuevas de roble, cada cepa por separado, donde fueron criadas por quince meses. Cumplidos estos se realiza la mezcla final que continúa su envejecimiento en roble por otros tres meses hasta pasar a botella donde reposan como mínimo dos años antes de salir a mercado.
Púrpura medio de borde ocre y lágrimas gruesas merced sus 14,1 GA; en su nariz nos entrega arándano, ciruela deshidratada, algo de dátiles, olivas negras maduras, cuero curtido, lavanda, tabaco y cedro.
De perfil terroso en boca, cuerpo estructurado, acidez alta de larga persistencia, tanino aún en evolución a pesar de sus años de estiba, final licoroso con elegantes notas de dátiles y un intenso brett que sin molestar marca presencia.
Vino de buen equilibrio si bien requiere larga estiba o decantación para regular su intensidad; grata persistencia en su final, notas claramente identificables tanto en nariz como boca y una complejidad que expresa muy bien las cepas que lo conforman.
Nota: 3,8 Muy buen vino a la hora de acompañar carnes asadas.
Su maridaje definitivamente requiere peso en boca, intensidad e idealmente algún componente graso, por lo que costillar de cerdo, cordero asado o jugosos cortes de lomo vetad resultan perfectos compañeros, como también algún plato que contenga algo de cada uno como es la clásica Parrillada completa nacional.

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