Familia Torres Pago del Cielo Celeste Crianza

Resulta fácil apreciar la diferencia entre los grandes tintos franceses, Pinot Noir de la Borgoña y Cabernet Sauvignon de Burdeos; lo mismo ocurre en Italia entre el Nebbiolo piamontés y Sangiovese toscano. En cambio entre los emblemas españoles, Rioja y Ribera del Duero, la diferenciación pareciera ser más compleja pues ambos se basan en una misma cepa: el Tempranillo.

Sin embargo así como podemos distinguir el Malbec de Uco de aquel nacido en Luján de Cuyo o el Cabernet Sauvignon del Maipo presente claras diferencias con su par de Colchagua, las dos grandes denominaciones hispanas cuentan con su propio y reconocible caracter.

En primer lugar Ribera sólo considera el uso de Tempranillo como monovarietal y en blends puede ser acompañado de bordelesas, mientras un Rioja puede ser hecho en base a Tempranillo, Garnacha, Graciano, Mazuelo o una mezcla de estos; Ribera usualmente utiliza roble francés nuevo para el envejecimiento aportando notas de vainilla y especias, mientras en Rioja es común roble americano de varios usos expresado en suave dejo a cuero y cocada; los vinos ribereños, bajo un clima más cálido, muestran intensidad frutal, taninos robustos y alta graduación alcohólica, mientras los riojanos, en un ambiente más fresco, nos regalan fruta roja fresca, tanino sedoso y un perfil más ligero.

A la hora del resumen Rioja nos muestra el rostro más sutil del Tempranillo, capaz incluso de maridar pescados azules, mientras Ribera no entrega una versión más intensa de la variedad que resulta perfecta para carnes rojas asadas o platos de caza.

Celeste Crianza es sin duda el Ribera del Duero más fácil de adquirir fuera de España gracias a la globalizada red de distribución de Familia Torres a la que pertenece Pago del Cielo, el proyecto vitivinícola a cargo de su producción ubicado en Fompedrasa, a 895 msnm, en uno de los puntos más altos de la meseta central hispana, lo que permite una maduración lenta y equilibrada, gracias a la variación de más de 20°C entre el día y la noche durante el verano, que se complementa con una crianza de 12 meses en barrica y otros doce de descanso en botella.

Vino de intenso tono rubí y ribete claro que en nariz nos regala fresa, algo de frambuesa en compota, caramelo, suave vainilla, cedro y cacao; en tanto su boca es voluminosa, afrutada, de acidez alta, tanino robusto con madera por integrar, con presencia de té negro y cacao en su final.

En general presenta un buen equilibrio si bien a cuatro años de cosecha la madera de su barrica aún marca demasiada presencia; persistencia media, marcada intensidad, que definitivamente es lo suyo, y la complejidad básica de su estilo complementan su evaluación.

Nota: 3,5 – Buen vino como punto de ingreso a los ribereños, además acorde relación precio/calidad.

Dada su intensidad necesariamente requiere platos potentes para equilibrar su presencia en un maridaje. Buscando dentro de la cocina hispana nuestra recomendación es servirlo junto a Chuletón asado, Pimiento relleno de chorizo, queso Manchego y sobre todo Conejo al Ajillo.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s