Chardonnay, Riesling y Sauvignon Blanc son aparentemente las variedades blancas más comunes de encontrar en los anaqueles de supermercados y tiendas especializadas. Sin embargo esta es una realidad propia del Nuevo Mundo y en particular del Hemisferio Sur pues en lo que respecta al mercado europeo el Pinot Grigio lidera las listas de popularidad.

Esta uva en Alsacia y Alemania, donde es llamada Pinot Gris y Greyburgunder respectivamente, produce vinos complejos y elegantes que usualmente se destinan a guarda para disfrutar de su evolución, sin embargo en el norte de Italia, donde es llamada Pinot Grigio, da vida a mostos frescos, frutales y muy ligeros gracias a su baja graduación alcohólica que díficilmente alcancen un lugar destacado en los listado de Suckling o Parker pero que se han convertido en los favoritos de quienes simplemente buscan disfrutar de un refrescante blanco durante una cálida tarde de estío.
¿Si tal es su éxito, porqué no ha prosperado entre los viticultores del Nuevo Mundo?
La Pinot Grigio prospera en el Valdagige y Alto Adige dentro de la región de Trento al pie de las Dolomitas compartiendo clima con el frío Tirol austriaco. Estas condiciones que redundan en refrescantes mostos de alta acidez y bajo grado alcohólico no son factibles de repetir en nuestros cálidos terroirs, de hecho tan sólo reproducir una latitud equivalente, 46° N, es imposible en Sudáfrica, Australia o Nueva Zelanda y en Chile o Argentina deberíamos instalarnos casi al borde de los campos de hielo patagónicos.
Estos vinos pasan por una muy corta crianza en acero inoxidable y están pensado en su consumo inmediato por lo que suelen presentar un bajo costo, otras de las razones de su éxito, pero ello no es sinónimo en ninguna medida de una menor calidad y Sortelese Pinot Grigio Valdagige de la conocida casa vinícola veronese Santi encarna a la perfección el espíritu de la variedad en Italia.
A la vista se nos muestra de un pálido tono dorado en cuya nariz resaltan frescas notas minerales, pera madura, manzana verde, durazno blanquillo, lima y melón, en tanto en su boca fresca, seca y ligera encontramos notas levemente más tropicales fluidizadas en una acidez crocante que finaliza con un dejo a grafito.
Vino de acidez perfectamente equilibrada que en ningún momento resulta agresiva, notas de mediana intensidad, persistencia algo baja en el componente frutal pero que se extiende bien en sus ácidos y una complejidad que si bien puede parecer modesta refleja bien la esencia de la cepa.
Nota: 3,5 – Buena opción cuando privilegiamos frescor sobre complejidad.
Su maridaje natural son platos marinos, de preferencia crudos o servidos fríos, pasta corta acompañada de pesto, pizza margarita o frutti di mare, y bruschetas caprese. Nuestra recomendación es servirlo de aperitivo acompañando algunos ligeros Antipasti en base a mozzarella, prosciutto y vegetales.

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