
Un buen vino es aquel que entrega un perfecto equilibrio entre su carga frutal y acidez, un balance en los aportes de fermentación y barrica, además de presentar correctamente las notas propias de cada cepa.
Si junto a ello expresa en su aroma y sabor la naturaleza propia y única de su terroir estaremos hablando de un muy buen ejemplar, y si además reúne condiciones que le permitirán tener una larga evolución en cava nos encontramos frente a un mosto sobresaliente.
Finalmente si a todo lo anterior sumamos el que su etiqueta ya no se encuentre disponible en el mercado sin duda este vino alcanzará el estatus de legendario.
Quebrada Seca Single Vineyard, oriundo del viñedo del mismo nombre propiedad de la bodega De Martino es un vino que nos regala un perfecto equilibrio junto al frescor y untuosidad que se espera del Chardonnay; sus notas salinas y minerales nos refieren sus orígenes a poco kilómetros de la costa de Limarí sobre suelos ricos en carbonato de calcio; a doce años de su cosecha ha desarrollado una sutil elegancia sin perder la viveza de su acidez y carga frutal; y luego de que en 2014 cayeran tan sólo 40 mm de lluvia y el viñedo disminuyera en un 95% su producción la etiqueta se dio por discontinuada transformando a este vino en una verdadera leyenda.
Sin embargo el mérito de Quebrada Seca va mucho más allá de solo ser una pieza de colección.
La vinificación del Chardonnay en nuestro país ha parecido tener que optar por uno de dos caminos: vinos frescos y ligeros, al estilo del Chablis borgoñés, pero sin opción de guarda prolongada o vinos fortalecidos por el contacto con sus lías y la crianza en barrica, a la usanza californiana, capaces de resistir una larga estadía en cava pero pesados de beber en sus primeros años.
Quebrada Seca tuvo el gran mérito de romper este supuesto paradigma donde la alta carga mineral de sus suelos y los 14 meses de crianza en fudres permitieron dar forma a un vino fresco, seco, ligero y mineral pero a la vez con un insólito potencial de guarda tal como se refleja al descorchar cualquiera de sus botellas más allá de una década después de su cosecha marcando un referente que para muchos, entre quienes me incluyó, aún no ha sido igualado y menos superado.
La buena noticia para quienes no alcanzaron a probar este hermoso mosto cuando aún era posible de encontrar en las góndolas de supermercados y tiendas especializadas, o para aquellos que desean volver a disfrutar sus exquisitas y elegantes notas, es que su bodega dentro de su línea Cellar Collection ha liberado un stock de tres mil botellas reservadas de su añada 2009, conservadas en óptimas condiciones, para venta exclusiva a través de su sitio web.
Degustado en septiembre de 2021 este Chardonnay dorado pálido de delgado ribete oxidado muestra en su nariz suave piña madura, durazno blanquillo, leche de avellanas y sutil vainilla. en tanto su boca abre con delicado dulzor equilibrado en una sutil acidez que toma fuerza conforme avanza en paladar para dar paso a un perfecto final tenso, cítrico, salino y mineral con dejos a zeste de naranja y pimienta blanca en su largo retrogusto.

