Lapostolle Le Petit Clos 2018

Almaviva, Seña y Clos de Apalta conforman la triada de los grandes vinos nacionales de estilo bordeles, cada cual representando un terroir específico. El primero proviene del Maipo Andes, específicamente de Puente Alto y es una aventura conjunta de la chilena Concha y Toro y la francesa Baron Philippe de Rothschild naciendo de la mano del enólogo galo Michel Friou; Seña por su parte tiene su origen en las laderas de Panquehue, valle de Aconcagua, y también es un joint venture que en este caso involucra a la nacional Chadwick-Errázuriz y la californiana Robert Mondavi con producción a cargo de Francisco Baetig; y finalmente Clos de Apalta, tal como su nombre indica produce del afamado subvalle de Colchagua, es el vino insignia de la familia francesa Bournet-Lapostolle y desde sus inicios ha contado con la asesoría del reconocido Michel Rolland.

Tres grandes vinos, tres grandes terroirs, tres grandes enólogos y valga decir también tres grandes precios, pues cada uno de estos se empina con creces por sobre los US$ 200.-

Por razón de lo anterior el equipo detrás de cada uno de ellos ha lanzado al mercado una suerte de hermano menor que permita acceder a la notable calidad de estos vinos a un precio más alcanzable para el bolsillo de los comunes mortales. Rol que es desempeñado por EPU, en el caso de Almaviva, Rocas de Seña, en relación a Seña, y tratándose de Clos de Apalta encontramos a Le Petit Clos, el vino que nos convoca.

La añada 2018 ha sido hasta el momento la última de las grandes cosechas en Apalta y buena parte del valle central con un verano de temperaturas moderadas que en alcanzó su pico en diciembre, superando apenas los 20°C para caer un par de grados sobre todo en Febrero y Marzo lo que permitió una maduración lenta y pausada de las uvas beneficiadas además por la llegada de las lluvias recién durante la segunda quincena de Mayo.

Con estos antecedentes Le Petit Clos 2018, descorchado a cinco años de su vendimia, se nos muestra de un brillante tono rubí atravesado aún por una intensa traza púrpura. En su nariz encontramos arándano, ciruela, marcado cassis, suave vainilla, chocolate, tabaco, cedro, menta y pimiento rojo a medio madurar. En tanto su boca es amplia y golosa, de acidez lata, tanino maduro y sedoso que da paso a un final largo con buena presencia de fruta, dejo achocolatado y pimiento asado.

Aunque sea el segundo vino de Lapostolle y deba vivir a la sombra de Clos de Apalta, sin duda Le Petit Clos merece un lugar en nuestras cavas.

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