
Disfrutar de una taza de café acompañada de pastelería dulce en alguna terraza dejando transcurrir el tiempo a media mañana o al final de la tarde es una de las delicias de la vida.
Sin embargo aunque amamos profundamente un buen café, estas sabrosas preparaciones también se acompañan a la perfección de una copa de vino, si bien es imprescindible elegir aquel de cuerpo, dulzor y acidez adecuada.
A continuación les compartimos algunas dulces recetas y los mejores vinos para su maridaje:

La torta curicana es un típico alfajor chileno hecho de masa de hojarasca rellena con dulce de leche y nueces trituradas.
Se popularizó, junto al resto de la dulcería nacional, gracias a la expansión de la red ferroviaria entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX debido a ser un bocadillo perfecto para adquirir en las cortas detenciones y degustar entre estación y estación.

Aunque el origen de la tarta de queso lo encontramos en la antigua Grecia y su receta se perfeccionó en la Europa anglosajona, actualmente el Cheesecake es el dulce emblemático de las cafeterías neoyorquinas.
Si bien en su receta puede emplearse cualquier tipo de frutas, lo tradicional en la ciudad de Time Square es prepararlo en base a arándano rojo (creamberry).

Los estadounidenses suelen decir que no hay nada más americano que el Pie de Manzana.
Esta preparación está tan afincada en la cultura popular que no sólo ha inspirado películas y canciones sino también cuenta con una organización, The American Pie Council, encargada de preservar su tradición y el 23 de Enero de cada año se celebra el National Pie Day.

Delicioso pastel símbolo de la ciudad de Lisboa donde es posible de encontrar en cada esquina de la ciudad donde se sirve acompañado de una taza de café o una copa de oporto.
Este dulce es la versión masiva y popular del «Pasteis de Belem», una antigua receta creada al interior del Monasterio de los Jerónimos en el antiguo barrio de Belem en las afueras de Lisboa y que hasta el día de hoy se mantiene en secreto.

En sus orígenes europeos el Cheesecake solía ser preparado casi exclusivamente de frutos del bosque, especialmente fresas y arándano, sin embargo conforme la receta se ha popularizado en países de climas más cálidos frutos tropicales como papaya, mango y en especial maracuyá.