
Uno de los pecados capitales de muchos restaurantes de borde costero es hacer no uso sino abuso de su privilegiada ubicación junto a la playa para, a precios fuera de toda lógica, entregar una gastronomía derechamente pobre que se limita a unos cuantos mariscos dentro de un caldo o una pieza de pescado acompañado de alguna lechuga mal cortada. Afortunadamente Andrés Vallarino y el equipo de Mar Central reivindican con honores la cocina playera elevándola a un deleite visual y gustativo a tal punto que su emplazamiento, en la costanera de Maitencillo, aunque sin duda se disfruta pasa a un segundo plano cediendo por completo el protagonismo a las delicadas preparaciones traídas a la mesa por un personal particularmente amable, capacitado y con vocación de servicio.

La propuesta culinaria de Mar Central aunque con guiños a las cocinas peruana, mexicana y oriental en ningún momento pierde una identidad que podemos reconocer como claramente nacional, con raíz en nuestras caletas y utilizando materias tan propias como jaiba, erizo o sierra ahumada. Sus emplatados, sin duda vanguardistas pero claramente reconocibles y sin ambiciosos excesos, resultan un placer visual que al momento de la degustación nos entrega la cálida sensación de estar en presencia del más puro comfort food marino made in Chile.
Su carta abre ofertando sus shots de Leche de Tigre ($ 1.990.-) perfecto para abrir los fuegos; luego se presentan sus ceviches que pueden ser en base a pesca del día, lenguado, pescado de roca, camarones o pulpo, aunque nuestra recomendación es el Ceviche Estelar ($ 15.990.-) con la seductora dupla de corvina y erizos.

El pescado frito es símbolo de la cocina litoral y acá lo encontramos apanado en panko y acompañado de papas fritas y ensalada chilena en la Maitencillana ($ 13.990.-) ,reversionado en las perfectamente crocantes Croquetas de Jaiba o Sierra Ahumada ($ 10.990.- cada pocillo de siete unidades) o en el batido tradicional de sus Pejerreyes Ahogados ($ 14.990.-) que se sirven acompañados de pebre de cochayuyo y piure.
Los días algo más fríos son la perfecta ocasión para saborear su Chupe de Locos ($ 14.990.-) o descubrir el Clam Chowder ($ 9.990.-), crema de almejas típica de las costas de Nueva Inglaterra, que es una reconfortante seda en boca.
Mar Central no sólo puede ser visitado a la hora de almuerzo o cena, pues su terraza resulta perfecta para detenerse por una cerveza o alguno de sus variados cócteles a media tarde que pueden ser acompañados por Tacos de Chicharrón de Pescado ($ 8.990.-) o un clásico Sanguche de Pescao Frito ($ 9.900.-) indiscutido rey de las caletas nacionales.

Su carta de vino es amplia en oferta de Sauvignon Blanc, Chardonnay y Pinot Noir, las tres variedades más recomendadas para el perfil de los platos, aunque también hay presencia de tintos más gruesos todos de buena factura. Por copa encontramos las etiquetas Amayna de Garcés Silva y Expressión de Villard a precios acorde al mercado.
En más de una ocasión al almorzar o cenar en el litoral nos quedamos con la impresión de haber pagado tan sólo la elevada entrada a una terraza con vista al océano donde se servía algún plato de rápido olvido, sin embargo Mar Central nos deja con la reconfortante sensación de haber disfrutado una grata y sorprendente experiencia gastronómica acompañada de un magnífico y preocupado servicio que además tiene el azul del Pacífico como telón de fondo.