Entre tanto nombre rebuscado a la hora de etiquetar una botella Terrunyo resulta un refrescante bálsamo, no sólo porque menos es más, sino porque esta sencilla palabra implica todo lo que un buen vino debe entregar. Además en el caso de su muy buen Carmenere de Peumo suma la dirección enológica de Marcio Ramírez, un auténtico enamorada del valle de Cachapoal y conocedor de este como ningún otro.

Procedente del mejor cuartel, el nro 27, del viñedo Peumo cuyo privilegiado clima permite postergar la vendimia hasta el mes de mayo, asegurando así su correcta y lenta maduración que permite dominar correctamente su pirazina sin sacrificar su preciada acidez.

Un vino de profundo tono rubí, casi púrpura en sus primeros años que en su nariz nos entrega arándano, maqui, calafate, mora, cereza, cedro, higos, pimienta, especias y pimiento rojo maduro.

Boca de suave dulzor equilibrado en su persistente acidez media; tanino sedoso y especiado, sabor conforme a nariz con predominio de cassis en su largo final.

Perfectamente equilibrado, sin trazas de pirazina ni pesada sobremadurez; larga y grata persistencia, intenso en sus notas que muestran toda la amplia complejidad que la variedad entrega en el terroir adecuado.

Nota: 4,5 Excelente vino, uno de los mejores de su variedad y que en 2018 tuvo una añada extraordinaria.

Ampliamente versátil en sus opciones de maridaje, desde tradicionales platos de la cocina nacional, en especial Empanadas y Charquicán, hasta clásicos de la gastronomía francesa como quiche loreine, ratatouille y en particular Coq Au Vin, sin duda la receta con la que mejor se complementa.