La Mancha en España no sólo es famosa por ser el hogar del Hidalgo Quijote sino también con sus 170.000 hectáreas de viñedos es la región vitivinícola más extensa del mundo, por lo que en justicia es llamada «el granero de Europa». Sin embargo entre sus altísimos volúmenes de producción no encontramos vinos con la valoración de otras reconocidas DOCAs hispanas como Rioja, Ribera del Duero o Priorat.

En Francia ocurre algo similar con el 40% de su producción de vinos proveniente del Languedoc-Rosellón pero etiquetada en su gran mayoría como «Vin de Pays», equivalente a nuestro vino de mesa, y sin acercarse a los estándares de Bordeaux o Borgogne; al igual que en Argentina donde si bien es reconocida la calidad de terroirs como Luján de Cuyo, Vista Flores o Gualtallary, el grueso de los vinos con origen en Mendoza provienen del masivo Maipú que rara vez se menciona en sus etiquetas.
Maule en Chile ha ocupado históricamente el rol de proporcionar volumen y masividad, por lo que no es raro que las mismas bodegas que han alcanzado reputación por sus Cabernet Sauvignon del Maipo Andes, Carmenere de Peumo o Sauvignon Blanc de Casablanca, obtengan desde territorio maulino las uvas base de los vinos que, etiquetados con la IGP Valle Central, abarrotan anaqueles de supermercados en nuestro país y el exterior.
Sin embargo desde hace una década nuestra mirada hacia los vinos del Maule paulatinamente ha ido cambiando, primero con el éxito del Carignan que poco a poco se ha convertido en un embajador de identidad y calidad, junto a este el descubrimiento del tremendo potencial de la zona de Cauquenes para variedades mediterráneas, como la referida Cariñera además de Mouvedre, Syrah y Garnacha; y en gran medida gracias al establecimiento de bodegas locales orientadas a la calidad por sobre cantidad entre las que cabe destacar a Erasmo Calíboro, J. Bouchon y Las Veletas.
Casas Patronales es otra bodega con domicilio en suelos maulinos, específicamente en la localidad de San Clemente, que ha sabido hacer vivir a la perfección alcance masivo, con una alta presencia en góndolas de supermercados y tiendas especializadas, junto a una alta calidad que encontramos no sólo en sus íconos sin también en sus colecciones de gama media Maucho, con origen en Pencahue, y sobre todo Gran Reserva, oriunda en sus tintos de Cauquenes.
Su vino Syrah Gran Reserva proviene de viñedos ubicados en el corazón del secano costero interior, a cuarenta kilómetros del Pacífico, por lo que en el conviven la influencia marina con un clima más cálido que el de los valles fríos de la zona central, obteniendo un perfil más cercano a lo que encontramos en algunas partes de Cataluña y el mediterráneo francés. Finalizada su fermentación y maloláctica es envejecido durante 12 a 14 meses en barricas de roble francés.
Vino rubí profundo de traza púrpura que en nariz entrega violeta, arándano maduro, mora, ciruela, cedro, cuero y romero, en tanto su boca muestra intensa madurez frutal equilibrada en acidez alta, tanino firme, maduro pero con madera aún por integrar, y final marcado por la presencia de hierba provenzal que entrega un suave amargor bitter.
En general podemos hablar de un vino de aceptable equilibrio, si bien una fruta menos extraída hubiera entregado un cuerpo algo más fluido. Persistencia media, marcada intensidad en sus notas y una complejidad aceptable para su rango de precio terminan de conformar su perfomance.
Nota: 3,2 – Un buen vino para el uso diario de conveniente RPC.
Su maridaje natural son carnes asadas, sobre todo cordero o costillar de cerdo, guisos aromatizados con curry, quesos maduros, carnes asadas marinadas en especias, como el Cerdo Char Sui, y guisos orientales de bajo picor.
