Ritual Supertuga Block Chardonnay 2016

En su natal Borgoña la uva Chardonnay nos entrega distintos y marcados perfiles según su lugar de origen donde, listando de norte a sur, podemos mencionar los vinos ligeros y minerales en Chablis, complejos y elegantes en la Côte de Beaune, frescos y frutales la Côte Chalonnaise y por último maduros y con más cuerpo en el Maconnais.

Si consideramos que esta diversidad borgoñesa la encontramos en una región de tan sólo ciento ochenta kilómetros de extensión sería lógico suponer que la expresión de la Chardonnay en Chile resulte incluso más amplia dado que su tres principales centros de cultivos (Limarí, Casablanca y Malleco) se encuentran distanciados por varios centenares de kilómetros entre si, sin embargo buena parte de nuestras bodegas parecen verse irresistiblemente tentadas a tapar, cubrir y ocultar esas diferencias bajo una estandarización hecha a pulso de maloláctica y roble.

Si el vino fuera un mosaico, aquellos hechos de Chardonnay podrían contener una mayor cantidad de formas y colores con una presencia frutal que va desde la manzana verde y pera madura a la piña y mango tropical, pasando por limón, pomelo, durazno y damasco además del aporte de cada suelo y disponibilidad hídrica expresado en pedernal y tiza.

En esta línea el trabajo de bodega añadiendo mantequilla y piel de queso maduro por vía de la maloláctica, almendra horneada y masa madre con la autolisis, junto a suave vainilla, clavo y cedro con la crianza roble, utilizado con maestría y sutileza puede actuar como un barniz que resalte la riqueza de nuestro cuadro, pero sin la finura suficiente también puede convertirse en una suerte de estuco que cubra, opaque y homogeneice la obra.

Quebrada Seca,, primero bajo De Martino y en los últimos años bajo el sello independiente de Marcelo Retamal, y SoldeSol de Aquitania, con la sensibilidad única de Felipe de Solminihac, han logrado rescatar y exponer el alma de Limarí y Malleco respectivamente, en tanto para Casablanca ha resultado difícil encontrar un estandarte a seguir, quizás porque su condición de primer valle productor de blancos ha obligado a privilegiar cantidad por sobre expresión.

Vimos luces en el antiguo Amelia de Recabarren, antes que Concha y Toro moviera sus cuarteles a Limarí, también en algunas añadas del Cuvée Alexander de Lapostolle bajo la asesoría de Michael Rolland, y el nobel Arganat de Charlie Villard podría ser un referente una vez demuestre su consistencia en repetidas cosechas, pero por el momento el titulo de máxima expresión del valle y la virtud de lo positivamente disruptivo recae tan sólo en Ritual Supertuga Block Chardonnay de Viñedos Veramonte.

¿Qué hace distinto a este vino? Por supuesto en primera instancias la calidad de sus uvas cultivadas sobre suelo de arcilla y granito fracturado, aunque esta es una condición común al resto del valle; su microclima en uno de los puntos más alejados de los vientos del Pacífico pero contiguo al cordón montañoso de Zapata que actúa como un monumental «atrapa nieblas» permitiendo el balance de temperatura óptima para lograr el adecuado equilibrio entre madurez y acidez; pero junto a esto la decisión enológica de llevar a cabo su fermentación y crianza en amplias barricas de 400 lts con tan sólo un 18% de roble nuevo que durante 14 meses aportando untuosidad y elegancia pero sin ocultar la intensidad aromática y de sabor de sus uvas de bajo rendimiento.

A tan sólo seis años de su cosecha Supertuga se nos muestra de un hermoso tono dorado pálido de traza ambar, que en su nariz nos regala jazmín, durazno maduro, damasco, zeste de lima, suave vainilla, pedernal y una nota de pizarra que nos recuerda el aroma de tiza y talco.

Su boca es perfectamente ligera pero a la vez untuosa, de una acidez media que aún así no deja de ser punzante, con sabores que ratifican lo percibido en nariz donde la fruta blanca entrega sensación de dulzor pero sin sacrificar su perfil seco y la tiza actúa como un secante que por un momento limpia por completo el paladar dando la apariencia de pecar de final corto pero casi como en un acto de magia basta salivar para que la boca nuevamente se inunde de notas frutales, cítricas y salinas que parecieran extenderse en un «Ritual» ad eternum de astringencia y redescubrimiento de sabores.

Supertuga Block es una experiencia que muestra el potencial y condiciones únicas posibles de alcanzar en Casablanca, a la vez de obligarnos a redefinir nuestro concepto de un buen Chardonnay nacional.

Es de esperar que Sofía Araya, quien asumió la dirección enológica de Veramonte en 2018 continúe la senda marcada por Rodrigo Soto con esta etiqueta.

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