Peumo adquiere un lugar destacado en el mapa de la vitinicultura nacional hace recién un par de décadas gracias al redescubrimiento del Carmenere que encontró en estas tierras su mejor terroir.

Desde fines de los ’90 emblemáticas bodegas nacionales han instalado en estas tierras, en el extremo occidental del Valle de Cachapoal, sus viñedos orientados a la mencionada variedad. Sin embargo este terruño cuya primera hacendada fuera la mismísima Inés de Suárez cuenta con una tradición vitivinícola que se extiende desde la colonia y entre sus actuales productores locales Viña La Rosa, fundada por don Francisco Ossa y Mercado, suma ya seis generaciones dedicadas a la actividad.

La Rosa Carmenere es uno de sus vinos emblemáticos en base a un coupage 93% Carmenere y 7% Cabernet Franc con 12 meses de crianza en barricas de roble francés.

Rubí de traza púrpura y ribete rosa. En su nariz nos regala algo de fresa, arándano, ciruela negra, nata, pimienta negra y pimiento rojo asado, en tanto su boca es intensa y frutal, de persistente acidez alta, tanino sedoso y especiado, final con jugo de ciruela ácida y nota de expresso.

Vino de muy buen equilibrio entre fruta y madera, larga persistencia ácida y frutal, marcada intensidad en sus notas, sobre todo en boca, y una buena muestra de la complejidad de su estilo y origen.

Nota: 4,1 – Carmenere con perfecta nota de madurez y una cuota de acidez que permite su evolución en cava por algunos años.

Excelente opción para acompañar carnes asadas y guisos especiados además de clásicos de la cocina chilena como Plateada al Jugo, Empanadas de Pino y Pastel de Choclo.