Alemania ocupa el noveno lugar dentro del listado mundial de producción de vinos y algunas de sus etiquetas suelen mencionarse en destacados puestos dentro de los rankings cualitativos. El grueso de la presencia germana, tanto en cantidad como calidad, se concentra en el Riesling, su variedad estrella. Sin embargo la vitinivultura germana va mucho más allá de esta variedad, que representa «sólo» el 25% de su producción, mientras un 33% se concentra en sus casi desconocidos tintos y un amplio 42% se distribuye entre sus otras cepas blancas en las que destacan Müller Thurgau, Gewürztráminer y Grüner Silvaner, una de las más presentes en el consumo diario alemán.

El Silvaner suele producir vinos frescos de notas frutales, marcada acidez y relativo bajo grado alcohólico que no apuntan a la complejidad sino a resultar fáciles de beber, al estilo de otros clásicos europeos en la materia como el Vinho Verde portugués, Muscadet francés y Pinto Grigio italiano.
Este espíritu se refleja a la perfección en el Grüner Silvaner Bischofkreuz de la bodega palatina Karl Pfaffmann con un vino amarillo pajizo de leve frizzante, aromas a durazno blanco y limón sutil además de una boca fresca, seca, ligera, de acidez alta y sabores que confirman la percepción en nariz.
Aceptable equilibrio entre carga frutal y acidez, notas de intensidad media además de una persistencia y complejidad baja si bien esta última nunca ha sido el norte de los vinos de la variedad.
Nota: 3.2 – Vino correcto en su propuesta.
Buena opción para reemplazar la cerveza a la hora de un brindis con amigo o acompañar platos sencillos y ligeros como el clásico Crudo o sándwich al estilo del Fischbrötchen.

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