Santa Rita Casa Real Escudo de Familia Cabernet Sauvignon 2012

Decir que Chile produce grandes vinos no es ningún chauvinismo barato. Basta con observar cualquier ranking internacional, orientado a íconos, best values o masivos, para notar que no menos de siete ejemplares nacionales se ubican entre los cien primeros lo que implica una magnífica representación al considerar que cultivamos un tercio de lo que hace España, Francia e Italia, la mitad que Australia, China y Estados Unidos, prácticamente lo mismo que Argentina y Sudáfrica, y un poco más que Alemania y Portugal, por mencionar nuestros diez principales competidores.

Nuestro Carmenere tiene el mérito de su condición única, nuestro Sauvignon Blanc nada tiene que envidiar a los de Nueva Zelanda o el Loira, nuestros Carignan y Cinsault no dejan de dar que hablar, pero sobre todos estos y sin ningún lugar a dudas el Cabernet Sauvignon es nuestra principal carta de presentación en el mundo.

Chile produce muy buenos Cabernet Sauvignon en todos los valles donde este es cultivado, sin embargo es el Maipo el que ha ganado renombre internacional por su indiscutida calidad, la que alcanza niveles superiores en los terroir de pie cordillerano (Maipo Andes) y una condición superlativa en las riberas andinas del río que da nombre al valle tal como ocurre en Macul, Puente Alto, Pirque y Alto Jahuel.

La nobleza de estos mostos queda de manifiesto en su capacidad de mostrar todo el abanico de aromas y sabores de la cepa además de un amplísimo potencial de evolución, que puede incluso superar las tres décadas, no sólo es vinos íconos de un centenar de dólares la botella sino también en muchos de aquellos de alcance masivo que usualmente encontramos por tan sólo una veintena de dólares en los anaqueles de cualquier supermercado.

Un buen ejemplo lo encontramos en Viña Santa Rita donde su vino insignia, Casa Real Cabernet Sauvignon Reserva Especial, nos entrega la máxima expresión del terroir de Alto Jahuel, pero también en su hermano menor, Casa Real Cabernet Sauvignon Escudo de Familia, nos muestra nítidamente las condiciones que han dado fama a estas tierras.

Dado su costo Reserva Especial es un vino destinado a ocasiones significativas y descorcharlo en su mejor momento será siempre una carta de apuesta que conviene jugar al menos después de una década de su cosecha, mientras la gran virtud de Escudo de Familia es gracias a su asequible precio entregarnos la opción de poder ver su evolución paso a paso, incluso año a año, sin gastar una fortuna en la tarea.

El humilde suscriptor de esta nota suele comprar una caja de cada añada para ir descorchando sus vinos cada cinco años a contar del quinto trascurrido desde la cosecha. Este ejercicio da la oportunidad de observar la evolución de este magnífico ejemplar por hasta tres décadas y a poco andar nos permite armar nuestras propias catas verticales donde además podremos comparar las sutiles diferencias entre añadas.

En el caso particular de su cosecha 2012, Casa Real Escudo de Familia a una exacta década de su cosecha, comienza a mostrar un bello tono ocre en su aspecto; a los frutos negros y nota de menta propias de la cepa en el Maipo añade berries secos que se acercan a los dátiles y buena presencia de regaliz; mientras su boca se mantiene aún perfectamente joven en su carga frutal y acidez pero con una creciente elegancia gracias a sus taninlos que se muestran perfectamente pulidos.

Un descorche del que tomar nota en detalle para compararlo con lo que encontremos en un lustro.

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