El Cava es la respuesta española al Champagne francés, hecho también mediante segunda fermentación en botella pero producido en base a cepas tradicionales, en especial de Catalunya, principalmente Macabeo, Parellada y Xarel-lo.

Los inicios de Codorníu datan de 1551, convirtiéndose así en la bodega más antigua de España aún en operaciones. Hacia 1659 todos los activos de la familia recaen en Anna Codorníu, única heredera quien contrae matrimonio con el viticultor Miguel Raventos, cuyos herederos controlan la masía hasta el día de hoy.
En 1872 Josep Raventos produce el primer Cava mediante método tradicional y en 1984 comienza la producción de Anna de Codorníu, el vino espumoso emblema de la bodega bautizado en honor de la {ultima persona en llevar el apellido de la familia fundadora.
El Blanc de Blancs de la etiqueta añade, a las tradicionales variedades española, algún porcentaje de Chardonnay y una posterior crianza de quince meses en botella dando como resultado un vino de tono dorado pálido, burbuja abundante que corona con relativo orden la copa, nariz donde predomina manzana verde, zeste de lima y notas de bollería, junto a una boca fresca y muy ligera, de marcada acidez y final cítrico.
Cava de muy buen equilibrio, en especial en el balance de sus notas cítricas amargas; persistencia e intensidad media, y una complejidad que sin ser amplia actúa como muestrario clásico de lo que podemos encontrar en su origen y estilo.
Nota: 3,6 – Buen Cava que cumple con lo que se espera de su estilo y presente una conveniente relación de precio y calidad.
Como todo espumoso resulta perfecto como aperitivo y junto a bocadillos que acompañen un brindis, pero también resulta buena opción para acompañar platos de origen marino como unos crocantes Calamares a la Romana o un Pulpo a la Gallega.

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