A pesar de su masividad, motivada por razones comerciales, el Carmenere no es una variedad sencilla de trabajar ya que depende mucho más que otras de encontrarse en el terroir correcto para producir vinos de desempeño aceptable. Valles muy cálidos le darán un pesado y empalagoso perfil sobre maduro, en tanto climas más fríos ayudarán a la concentración de sus pirazinas que se mostraran en forma de aromas y sabor a pimiento verde.

Peumo, en el poniente de Cachapoal, Pelequén, próximo a Talca en el Maule, y Apalta, en el corazón de Colchagua, se han mostrado como los mejores suelos para la cepa, a los que desde hace algunas añadas parece agregarse Panquehue, en el curso medio del Aconcagua, que tiene por insignia al icónico Kai de Viña Errázuriz pero también otros magníficos ejemplares muchos más asequibles como lo son Aconcagua Alto, de la misma bodega, Gran Reserva de Viña Von Siebenthal y a los que se une el «Carmenere» a secas de Flaherty Wines.

Este vino es en realidad un ensamblaje 76% Carmenere y 24% Cabernet Sauvignon procedentes del viñedo Ocoa con crianza de 16 meses en barricas de roble 75% francés y 25% americano.

Vino de profundo tono rubí y traza púrpura, con una nariz donde predomina arándano, maqui, yogur de mora, suave vainilla, especias, mentol y pimiento rojo asado, En tanto su boca es voluminosa, de acidez media+, taninos especiados y en su final sabor a fruta negra con notas de herbáceos.

Entrega donde el equilibrio entre madurez y frescor juega un poco al límite, persistencia media, marcada intensidad que es sin duda su punto mejor logrado y la complejidad propia de la cepa.

Nota: 3,6 – Buen representante de la cepa, aunque necesita tiempo en botella para domar intensidad y adelgazar cuerpo.

Excelente opción para acompañar gruesos cortes de carnes, ave asada, especiados guisos de vegetales además de pastas bañadas en salsas de intenso sabor, Nuestra recomendaci{on es usarlo para acompañar Roulade de Cerdo.