El viñedo de Pandolfi es un verdadero oasis de verdor en medio del terroso secano a las afueras de Chillán Viejo en el corazón del Ñuble, uno de esos lugares donde nunca esperas encontrar cultivos de uvas, menos de Chardonnay, Riesling y Pinot Noir y menos aún de la calidad que esta bodega nos entrega.

El milagro se debe a la suma de las aguas del río Larqui, sus exquisitos suelos de origen volcánico y a la dedicación de quienes allí sacan adelante este proyecto hecho a escala humana y sin aspavientos.

Su Chardonnay Los Patricios es criado durante 22 meses en barricas de roble, por lo que reciñen embotellado muestra un estilo bastante «californiano» que sin embargo tras algunos años de reposo en botella comienza a migrar hacia una elegancia que si bien no lo lleva a la Bourgogne si al menos lo acerca al Maconnais.

Vino dorado pálido de traza verde oliva en cuya nariz encontramos durazno blanco, limón maduro, pomelo, mango, intenso pedernal, suave vainilla, almendra tostada, nota nogada y piel de parmesano. En tanto su boca de cuerpo medio nos brinda un perfil seco de acidez media+, sabores conforme a nariz donde predomina la fruta blanca madura con cierto dejo tostado y láctico.

Propuesta de muy buen equilibrio y persistencia final; diversos niveles de intensidad en sus notas que a los pocos años de cosecha ya alcanzan una amplia complejidad con una amplia posibilidad de extenderse aún más dado el potencial de guarda de este vino.

Nota: 4,2 – Muy buen Chardonnay de nuevo mundo, con amplio potencial de guarda y que sorprende por su origen.

Un mosto perfecto para acompañar platos marinos frescos o grillados, guisos de aves y vegetales, pasta con salsas ligeras, pero que dada su alto nivel recomiendo destinar a un rol más protagónico maridándolo con alimentos sencillos que permitan que el vino destaque, como podría ser una clásica Ensalada César con pechuga de pollo grillé.