El Prosecco es en la actualidad el vino espumoso más consumido en Europa y de creciente presencia a nivel mundial. A diferencia del fallido camino intentado por otros su apuesta no busca igualarse en sofisticación y complejidad al clásico Champagne sino que al contrario su exitosa propuesta ha sido presentar sus burbujas como un símbolo de relajo apto para cualquier situación por cotidianas que estas sean.

Lo anterior sin embargo no implica que su calidad sea menos exigente pues muy al contrario esta se encuentra fuertemente supervisada por su consejo regulador de esta forma en una el primer escalón de una pirámide ascendente encontramos el Prosecco DOC, sobre este las denominaciones Prosecco Trieste DOC y Prosecco Treviso DOC, luego Asolo Prosecco DOCG y Conegliano Valdobbiadene Prosecco Superiore DOCG con normas mucho más estrictas, sobre esta Conegliano Valdobbiadenne Prosecco Superiore Rive DOCG proveniente de una de las 43 laderas que producen uvas excepcionales para estos fines, y en el tope de la escala Valdobbiadenne Superiore di Cartizze DOCG reducido a las 107 hectáreas contiguas a Valdobianne, pequeño pueblo en el corazón del Treviso.

Si bien Cuvée Stórica Prosecco DOC de Cinzano está en la base de la pirámide, resulta un muy buen vino para acercarse a este burbujeante estilo. Hecho, como su regulación exige, en base a uva de la variedad Glera cultivado en el Veneto italiano y con segunda fermentación mediante método Charmat o de segunda fermentación en estanque.

Vino amarillo pajizo de traza verdosa y burbuja pequeña y abundante, que en su nariz expresa manzana madura, cítricos, mantequilla, miga de pan, hidrocarburos y algo de piña madura.

Su boca fresca y ligera aunque seca entrega suave dulzor de miel, cuerpo de baja cremosidad, acidez media alta, final cítrico y frutal.

Espumoso de buen equilibrio, persistencia e intensidad media y la baja complejidad propia de un vino de entrada.

Nota: 3,5 – Vino correcto para el uso diario.

Funciona perfecto como aperitivo pero también es buena opción para acompañar ensaladas, platos marinos frescos o cocinados en tempura además de las clásicas masas y pastas italianas como unos Spaguetti Frutti di Mare o la tradicional Pizza Marguerita.