La honesta expresión de origen es en la actualidad uno de los elementos más valorados en la industria vitivinícola. Años atrás los productores, en especial de Nuevo Mundo, buscaban Merlot que parecieran cultivados en Saint-Emilion o Pinot Noir al más puro estilo Nuits-Saint-Georges; sin embargo el consumidor actual, que gracias a la globalización puede acceder a mostos de prácticamente todo el mundo, privilegia vinos que den a conocer clara y honestamente su origen en lugar de pretender entregar una calidad y estilo que les es ajeno.

Viña Garcés Silva es un orgulloso representante del valle de Leyda en el curso costero del río Maipo, lo que se manifiesta no sólo en la correcta mención de su denominación de origen sino también en el perfil de sus vinos, sobre todo Amayna Pinot Noir que se muestra sin complejos como un claro exponente de la cepa en Nueva Mundo, alejándose de los estilos borgoñes y californiano aunque ello implique sacrificar cierto potencial de guarda.
Este vino envejecido 14 meses en barrica de roble francés 5% de primer uso se nos muestra de un brillante tono rubí de capa media y aromas de ciruela roja, guinda, fresa, algo de frambueso, cuero y muy suave tostado.
En boca es ligero y muy frutal, incluso en sus primeros años, de acidez viva, con sabores de fruta roja, almendra tostada y dejo mineral en su final.
Muy buen equilibrio, persistencia e intensidad junto a una complejidad no tan amplia como se suele encontrar en el perfil de la cepa pero que es perfectamente honesta con su identidad.
Nota: 3,8 – Buen vino con correcta expresión de la cepa en Nuevo Mundo.
Excelente compañero de platos marinos con cierto peso en boca como salmón ahumado, congrio confitado y en particular Thttps://mesaycava.com/2021/02/18/tataki/ataki de Atún rojo.

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