Familia Torres es por lejos la bodega española más conocida a nivel mundial. Fundada en 1870 por los hermanos José y Miguel Torres Vendrell en Villafranca del Penedés, sesenta kilómetros al oeste de Barcelona. Resultó parcialmente destruida durante los bombardeos de la Guerra Civil Española y vuelta a construir en 1942 a instancia de Miguel Torres Carbó, tercera generación de la familia viñatera.

En 1954 dejan de producir exclusivamente vino a granel y embotellan su primera etiqueta que los haría conocidos a nivel mundial, Sangre de Toro, ensamblaje de Garnacha y Carignan al que luego se agregaría su versión reserva; Gran Sangre de Toro, que en su coupage también considera Syrah.
Este último vino 60% Garnacha, 25% Carignan y 15% Syrah hace un par de cosechas cambió su nombre a Sangre de Toro Reserva para adecuarse a la actual norma hispana de etiquetado que también exige al menos 12 meses de crianza en barricas de roble y un total de 26 meses de guarda antes de de salir al mercado.
Rubí medio de traza púrpura, en su nariz entrega fresa, mora, cereza, buena cuota de brett y hierba provenzal. Mientras su boca a primera mordida se siente ligera y frutal aunque asume cuerpo e intensidad conforme avanza en paladar; acidez media alta, tanino especiado y final largo con sabor a cerezas y algo de cacao.
Vino de buen equilibrio, persistencia e intensidad. La complejidad quizás no es su punto fuerte pero resulta una muestra de los clásicos aromas de un ensamblaje de tipo mediterráneo.
Nota: 3,5 – Vino correcto y que resulta un buen punto de partida para adentrarse en las garnachas y ensamblajes catalanes.
Buena opción para acompañar carnes, guisos ligeros y pasta so salsas rojas. Un excelente maridaje que hará honor a sus orígenes catalanes es servirlo junto a un Fricandó de res y setas de temporada.

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