Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier conforman el clásico coupage del Champagne y de la gran mayoría de los vinos espumosos. Cuando en este ensamblaje se emplean tan sólo cepas tintas hablaremos de un BlancdeNoir, en tanto cuando se trata únicamente de blancas, incluso más allá de la Chardonnay, nos encontramos frente a un BlancdeBlancs como es el caso del vino que hoy nos convoca.

Titillum es la línea de burbujas producidas mediante método tradicional por Viña Undurraga a diferencia de sus masivas etiquetas hechas en base a segunda fermentación en estanque que suelen copar las góndolas de los supermercados. Dentro de esta propuesta de alta gama además del clásico Chardonnay/Pinot Noir encontramos su BlancdeNoir y BlancdeBlancs hecho exclusivamente en base a Chardonnay del valle de Leyda con una crianza de 18 meses en botella manteniendo el contacto con sus lías.
Amarillo pálido de traza dorada, burbuja pequeña y abundante, de nariz licorosa con nota piña madura, manzana verde, bizcocho, mazapán y brioche.
Su boca es fresca y ligera, cuerpo de relativa cremosidad, acidez alta, predominio de manzana verde en su sabor. Final de buena persistencia con moderado amargor.
Un vino de aceptable equilibrio, larga persistencia, intenso en sus notas aunque de complejidad algo básico quizás debido a su corto período de crianza comparado con los 36 meses mínimos de los espumoso galos.
Nota: 3,5 – Vino de correcto desempeño aunque su relación precio/calidad deja algunas dudas.
Como es habitual a este estilo funciona muy bien como aperitivo, pero también resulta buena opción para maridar platos marinos fritos, como fish & chips o tempura, y los clásicos bocadillos del Sushi nipón.

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