El Malbec es sin dudas ni contrapesos el buque insignia de la armada vitivinícola argentina, sin embargo hablamos de un cepa francesa que tras su paso por Chile se avecindó en las alturas mendocinas. Tratándose de variedades autóctonas ninguna los es más que el Torrontés, uva blanca única de la Argentina, surgida del cruce de la Moscatel de Alejandría con la Criolla (Listán Negro en España, País en Chile y Misión en California) que entrega sus mejores exponentes en los Valles Calchaquíes de Salta donde encontramos algunos de los viñedos más altos del mundo.

El Terroir Series Torrontes de Kaiken, suerte de sucursal argentina de la chilena Montes, si bien no es uno de los ejemplares más destacados de la variedad resulta como una excelente aproximación a lo que podemos encontrar en esta variedad andina.

Nacido en las alturas de Salta, este vino en su vinificación y crianza no considera el uso de roble a fin de mantener el perfil frutal de la variedad.

Amarillo pajizo levemente oleoso que en su nariz entrega durazno seco y en su almíbar, flor de azahar, zeste de naranja y pomelo.

Su boca, de perfil seco, es de cuerpo medio aligerado por su acidez media+, sabor a fruta blanco y cítricos con cierto amargor de pomelo en su final.

Un vino en general de buen equilibrio aunque sus amargos finales generan algún ruido, baja persistencia, particular intensidad y en cuanto a complejidad buena muestra de las virtudes de la variedad.

Nota: 3,1 – Sin destacar resulta fácil de beber y una buena aproximación a la cepa.

En el contexto de los clásicos argentinos resulta óptimo para acompañar mollejas asadas o matambre a la provenzal, pero su mejor maridaje es junto a Empanadas Salteñas o Tucumanas.