La uva y el viñedo son los protagonistas de la industria vitivinícola; luego de estos en nivel de importancia se encuentra el enólogo y sus decisiones, sin embargo en términos prácticos su actuar siempre estará circunscrito a la tradición, perfil y política comercial de la bodega donde se desempeñe. Por lo mismo resulta muy interesante conocer los proyectos personales de estos enólogos donde usualmente pueden dar rienda suelta a su creatividad y visión.

En este sentido Germán Lyon ha tenido una destacada carrera dando vida a los muy buenos vinos producidos en el Maipo Andes por la Viña Perez Cruz, pero desde 2012 también es posible conocer su mirada más íntima a través de su proyecto familiar bautizado Lof.
El Syrah de Lof es cultivado prácticamente en el jardín de la propiedad de los Lyon al pie de Los Andes en pedregosos suelos coluviales de suave pendiente y su vinificación concluye con un envejecimiento de 24 meses en barrica de roble francés de sexto uso. Esta prolongada crianza pero contenida en una madera de muy tenue presencia marca su sello personal y la principal diferencia con aquellos vinos hechos bajo la etiqueta Perez Cruz.
Vino de un profundo tono rubí y traza violácea, cuya nariz entrega mora, arándano, ciruela negra, guinda, higos, cuero, pimienta y dejo cárnico.
Buen volumen en cuerpo pero sin perder fluidez, acidez alta; taninos firmes, maduros y limpios; predominante sabor de fruta negra, en especial cassis, hierbas y especias en su final medio.
En lo concreto una propuesta que destaca por su equilibrio al hacer particularmente fluido a un vino que suele pecar de grueso, como es el Syrah en el Maipo; de persistencia media, marcada intensidad y con la complejidad propia de la cepa en su origen.
Nota: 3,8 – Buen vino que muestra una faceta distinta de la cepa en su origen.
Como es propio de la variedad carnes grasas y condimentadas asadas son su maridaje natural si bien es opción para recetas más elaboradas como Filet Mignon con costra de queso y setas.

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