Cachapoal y vinos ligeros, y más aún espumosos, parecieran ser conceptos incompatibles, mal que mal el sello de este cálido valle don sus motos sobre maduros y alcohólicos, sin embargo trepando el curso del río que da nombre al valle encontramos en Coya, un pequeño pueblo nacido como campamento minero, uno de los terroir que más se adentra en la cordillera emplazado sobre angostas terrazas en las paredes de los farellones que custodian el alto Cachapoal donde a diario son visitados por los gélidos ventarrones andinos que dan como resultado vinos tanto o más frescos que aquellos cultivados en las nubosas costas del Pacífico.

De estas tierras solo contamos algún proyecto del enólogo Felipe Uribe para Andes Plateau y las etiquetas de Viña Calyptra, entre estas últimas Hera Blanc de Blancs Extra Brut, un espumoso 100% Chardonnay producido mediante Método Tradicional y que en su afán de acercarse tanto como sea posible al Champagne es criado sobre sus lías durante cinco años antes del degüelle y agregado de licor de expedición.
A la vista destaca su burbuja pequeña y ordenada que asciende en delicado tirabuzón sobre el tono dorado del vino, mientras su nariz nos entrega manzana verde y roja, licor de guinda, frambuesa, bizcocho, mazapán, harina de almendra y pan tostado.
En boca fresco, seco y de cuerpo ligero pero de exquisita cremosidad; acidez alta, sabores conforme a nariz donde predomina manzana, cítricos y cierto dejo mineral y metálico, aunque sin amargos, que se extiende hasta su final medio largo.
Hablamos entonces de un vino elegante y equilibrado, de correcta persistencia y notas intensas cuya complejidad abarca la paleta aromática que se espera de un espumoso de esta calidad.
Nota: 4,5 – Excelente vino muy por sobre la media de las burbujas nacionales y que además sorprende por su origen.
Perfecta opción como aperitivo pero también para acompañar tempuras, mariscos frescos de sabor metalizado como las ostras o unas delicadas Ostiones Rockefeller.

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