Matetic es la más «santonina» de las bodegas de casablanquinas. Una invisible línea que sigue el curso de un estero dentro del fundo «El Rosario», donde se emplazan sus viñedos, marca la frontera entre ambas comunas costeras y como si sus vinos tuvieran conciencia de estos asuntos administrativos suelen expresar el frescor propio de San Antonio y la elegancia característica de Casablanca.

Esta característica se hace presente en su EQ Quartz Chardonnay, proveniente de uvas cultivadas en el folde sanantonino del Rosario, donde se combinan racimos con distintas exposiciones a fin de que su mosto una la fruta tropical de las uvas más «asoleadas» con la marcada acidez y perfil mineral de aquellas menos expuestas.

En su vinificación un 12% es sometido a conversión maloláctica y la totalidad es criada en barricas de roble francés durante 12 meses.

A la vista se nos muestra de un dorado pálido de traza verdosa y cuerpo levemente turbio. En su nariz expresa durazno blanco maduro, mango y piña además de secundarios en forma de almendra tostada y traza láctica que recuerda la piel de queso parmesano maduro.

Fresco y seco en boca, acidez media alta que aporta sensación de ligereza, sabores a fruta madura, final mineral con notas de tostado, nata y pimienta blanca.

Chardonnay equidistante de los estilos chablis y californiano, donde frescor y barrica conviven en un grato equilibrio. Correcta intensidad y persistencia sumada a una complejidad muy bien trabajada en su vinificación.

Vino adecuado para acompañar ave y pescado grillado, ceviche de camarones, ensaladas que tengan quesos semi maduros como protagonistas y caldos marinos. Mi recomendación es maridarlo con un tradicional Caldillo de Congrio, en especial si este considera crema en su preparación ya que potenciara su puente de sabor con las notas malolácticas de este Chardonnay.

Nota: 3,9 – Buen vino al borde del muy bueno.